Aprendices
Reflexión
Késhavi Gradilla
8/24/20232 min read
Aprendices
Somos aprendices de nuestra propia humanidad, discípulos de la verdad inherente a nuestra existencia, vamos andando, experimentando, buscando, aprendiendo, comprendiendo, entendiendo, reflexionando, equivocándonos, corrigiendo el rumbo… Cantidad de veces nos equivocamos y algunas otras hemos acertado, buscando entendernos, conocernos, procurando mejorar como personas, como individuos, experimentado diferentes maneras de llevar una vida con mayor plenitud... indagando en las virtudes y defectos de nuestra personalidad, y entré más nos conocemos, más conscientes somos de nuestra ignorancia… Poco a poco vamos vislumbrando con mayor claridad lo exiguo pero a la vez profundo del individuo dentro de la inconmensurable existencia. Cuando profundizamos en el ser, aquello que comúnmente identificamos como el "yo", se vuelve tan fugaz, tan prescindible, tan ilusorio… lo curioso es, que entre menos importancia damos a ese gran pequeño yo, proporcionalmente cierta dicha interior va creciendo en correspondencia... y más importancia va cobrando lo otro, el otro, el entorno, lo común, lo diverso... se va difuminando el yo para dar paso al todo, para existir como el todo en todo… en esos momentos de comprensión, algunas veces, aparecen pequeños destellos de inmensa dicha, de imperturbable serenidad, destellos que brillan como los rayos del sol, como si fuesen tímidos guiños de la propia existencia manifestando su majestuosidad, su infinita refulgencia que todo ilumina, instantes de dicha que resulta imposible explicar cabalmente… Solamente la poesía con sus bellas metáforas puede intuir escasos atisbos de su radiante esplendor... Y son esos guiños, esos gloriosos instantes; un elixir de brío que nutre nuestra voluntad y nos anima a seguir buscando, a seguir indagando en el ser, en la causa y origen de nuestra existencia. En el inherente velo de su quimérica esencia el ego utiliza incontables artificios para engañarnos, para confundirnos, para enturbiar la realidad de su ilusoria existencia como algo separado del otro y de lo otro… de tantas maneras nos hace creer que hemos salido del túnel de su ilusión cuándo en su lugar tan solo eran tristes luces de su propio artificio… Sin embargo somos todos parte del intrincado y misterioso mecanismo de la existencia, piezas únicas en el tablero de esta gran odisea… Hemos todos de encarar nuestro rol, nuestra pequeña aportación en este gran drama de la existencia, en la dicha o la desdicha... Pero no claudiquemos nunca en esa búsqueda esencial del ser, dentro de nuestras posibilidades y circunstancias, sigamos siempre andando, caminando, en busca del sendero del amor, de la autenticidad, de la compasión, de la humildad, de la sencillez, de la serenidad, de la paz y la ecuanimidad... el sendero que nos lleve a establecernos en la plenitud de nuestra existencia, el sendero que nos lleve a la fuente de toda luz, al origen de toda existencia.